Plegaria:
Inmensidad, Inmensidad, Inmensidad…
Inmensidad, Inmensidad, Inmensidad…
Dios de toda la Humanidad…
Hazte presente y llévanos
al Espacio Intermedio…
Queremos que nuestros
corazones dejen de latir
En este momento de Amor
por ti…
Y vuelvan a la Vida… por haberte visto y contar tus maravillas
Que no desvanezcamos, ni
desaparezca nuestra conciencia…
Para estar contigo…
Que cese, en un instante,
la Vida terrena en nosotros
Para ver la Vida verdadera…
Inmensidad, Inmensidad,
Inmensidad…
Bendice nuestros cuerpos…
De donde nos alimentamos…
Y de donde obtenemos todo
lo necesario para vivir…
Danos un respeto único por
la naturaleza…
Armonía con ella…
Inmensidad, Inmensidad,
Inmensidad…
Te alabamos, te
necesitamos y te damos gracias…
Ayúdanos a ver el futuro
sin final…
Oyendo
estas palabras Séfer se da cuenta de que sus manos comienzan a ponerse
bioluminiscentes al compás del flujo sanguíneo en sus venas, se pone un saco
como para disimular, se va a casa rápidamente. Se desnuda ante el espejo y
puede ver todo su sistema circulatorio brillando con luz azul que ilumina toda
la Gran Recámara Real: ¡Que extraño es ser Inmensidad!; ves a los demás como
humanos, y tú eres humano, pero no eres humano… una apariencia… nada más…